jueves, 19 de enero de 2012

N elecciones


Escribí este cuento hace un tiempo, motivada por un concurso que apareció en un diario local. Fue la excusa para plasmar en palabras unas imágenes e ideas que me venían dando vueltas en la cabeza desde que tengo uso de razón.
Aun no se si la idea principal de este cuento la saqué de mi cabeza, de una película que vi cuando chiquita o si es un recuerdo muy primitivo. Aun si es que lo vi en alguna película, no me quepa duda de que me llamo mucho la atención, tanto que siento que tengo el recuerdo en mi cabeza desde siempre.
Sé que no importa la razón por la cual escribí este cuento, lo importante es que disfruté mucho escribiéndolo, el cual tenía como destino finalmente aparecer en este blog y quizás tenga la suerte de que lo descubras.
Te invito entonces a sumergirte en un mundo de elecciones, si elegiste leer hasta acá, porque no, elegir leer este cuento.
Que lo disfrutes!
La noticia la había tomado por sorpresa, nuestra querida Ene no creía que el momento iba a llegar tan pronto. No quedaban dudas de que estaba muy feliz, aun así, se sentía nerviosa y el hecho de enfrentarse a lo desconocido le provocaba un poco de desconfianza. Fue entonces cuando respiró profundo y avanzó hacia el lugar donde la habían convocado, la oficina principal. Su atención estaba dirigida sólo hacia la gran puerta, detrás de la cual no imaginaba con que se podría llegar a encontrar. Si se encontraba allí en ese momento era porque estaba lo suficientemente preparada para enfrentarse a lo que fuera que ocurriese allí.
Ene había escuchado muchas historias respecto a lo que ocurría en la oficina principal, todas buenas, por lo cual no tenía motivos para inquietarse. En todos los relatos se mencionaba que en este lugar uno tenia la posibilidad de elegir. Si, algo tan simple y a la vez complicado como eso. Si nos ponemos a pensar, en realidad, toda nuestra vida está basada en elecciones y muy pocas veces nos damos cuenta de la influencia que éstas pueden tener sobre eventos futuros. Y era justamente eso lo que iba a tener que hacer Ene, elecciones que iban a determinar su futuro, lo cual no era poco para nuestra amiga.
En el momento en que Ene se decidía a golpear la gran puerta, sintió una presencia detrás de sí, era Efe. Ella pudo sentir su tristeza.
— ¿No pensabas despedirte? —dijo Efe a punto de quebrarse.
—Tenía muchas ganas de despedirme pero no sabía cómo, entonces preferí no hacerlo y pensar en que pronto te volvería a ver.
— ¿Y cómo estás tan segura de ello?, de que me vas a volver a ver.
—Porque hay algo que nos une, aquí no existe el tiempo ni el espacio y lo que sentimos uno por el otro es demasiado fuerte como para que la existencia de tiempo y espacio pueda vencerlo.
— ¿Tiempo y espacio? ¿Qué es eso?
—Ene riéndose dulcemente le contestó— Te lo enseñarán pronto y cuando lo sepas y lo entiendas estarás más cerca de encontrarte conmigo.
—Bueno, pero falta para eso y te voy a extrañar. Es más, ¿Y si eso que tú llamas tiempo y espacio hace que tú te olvides de mí o te cambia de manera tal que yo no pueda reconocerte?
Efe ya no podía contener más su tristeza.
—Lo pensé, pero algo me dice que eso no va a ocurrir. Hay mucho amor entre nosotros ¿No es verdad?
—Si, mucho, de hecho cada día más —dijo avergonzado.
El último tiempo Ene y Efe habían sido inseparables, más que nada porque presentían que el momento de Ene llegaría pronto, a pesar de que ninguno de los dos hablaba de ello. Ya ni recordaban la primera vez que se habían reído juntos, parecía como si hubieran compartido todo siempre.
—Bueno, creo que esa será la señal cuando nos encontremos —prosiguió Ene— Sentiremos ese amor puro y las ganas de estar unidos nuevamente hará que podamos cumplir con nuestro deseo.
—Espero que así sea Ene, deseo que así sea. En fin, ahora llegó tu momento y en cierta manera estoy feliz por ti, tendrás la oportunidad de elegir.
—Si, estoy muy ansiosa, y sé que pronto llegará también tu momento y estaremos juntos otra vez, lo siento así.
Se contemplaron por un largo rato. Ene no podía creer como se le había cruzado la idea de no despedirse de Efe, luego de ese momento todo le pareció más fácil. Su ansiedad había disminuido notablemente y la esperanza de volver a encontrarse con él le daba la fuerza necesaria para atravesar la gran puerta. Sin más, llamó a la puerta, ésta se abrió silenciosamente, Ene cruzó el umbral y a partir de ahí todo fue diferente.
La oficina principal poseía una claridad que le molestó en un principio y la temperatura era ligeramente más baja que en el exterior. No había nada, el lugar parecía vacío.
Luego de unos segundos de incertidumbre escuchó una voz.
—Hola querida Ene —dijo la voz— Bienvenida.
— ¿Quién eres? —preguntó Ene algo temerosa.
—Alguien que esta aquí para ayudarte a elegir el marco más apropiado para tu historia, el cual te permita cumplir con tu destino.
— ¿Destino?
A esta altura Ene se encontraba bastante desorientada ¿De qué estaba hablando esta voz? ¿De dónde provenía?, se preguntaba. Por lo que continuó.
—Yo no sé muy bien de que se trata eso, ni de cómo es.
—No te preocupes, se irá formando solo, tus elecciones lo irán construyendo —respondió la voz.
Parecía entonces que lo que decían las historias era verdad, el tema era elegir. Ene se relajó un poco ¿Cuán difícil podría ser elegir? Tampoco era que tenía mucha experiencia en eso, sin embargo valía la pena intentarlo.
—Está bien, quiero comenzar con mis elecciones, estoy lista.
A partir de ese momento una serie de imágenes comenzaron a proyectarse en el espacio. La voz le indicaba en detalle todo lo que tenía que hacer y cuales eran las opciones en cada caso. Le decía que cada decisión debía tomarla desde su interior, así cada decisión que tomase sería la más correcta para ella, la que mejor ayudaría a cumplir con su destino.
La primer imagen que apareció había sido la más asombrosa, era de una gran esfera azul que giraba y que poco a poco se iba llenando de pequeñas porciones claras. Ene había tenido que elegir una de esas porciones. Le había costado, eran todas muy bellas y de diversos colores. Por fin se decidió por una que tenía un poco de cada color y cuyo tamaño era considerable.
Algunas de las elecciones habían sido más rápidas que otras, pero cada una de ellas con mucha responsabilidad. Con cada paso que daba, Ene se sentía mucho más feliz.
En un momento la voz le volvió a hablar.
—Ene, ahora viene una de las decisiones más importantes.
La sala comenzó a llenarse de imágenes de seres, todos ellos de muy bella apariencia pero cada par con una característica particular. Desde el primer momento le llamó la atención una pareja que había aparecido a su izquierda. Al mirarlos Ene pudo darse cuenta del amor que había entre ellos. Luego en la misma escena apareció un ser más pequeño. Parecían divertirse mientras uno de ellos entonaba una dulce melodía. Ene sintió repentinamente mucha alegría y se sorprendió al darse cuenta de que necesitaba de alguna manera estar con esos seres.
—Pronto Ene, muy pronto —le dijo la voz.
— ¿Pero, y ellos quiénes son?
—Tus guías.
— ¿Mis guías?
—Si Ene, ellos te enseñaran todo lo que debas saber de este nuevo mundo hacia el que vas a partir y te protegerán de todo hasta que estés preparada para desenvolverte sola. Te guiarán para que puedas cumplir con este destino que estamos creando. Todos partimos hacia ese mundo con alguna misión.
—Suena lindo, y yo podré entonces contarles de este mundo y de todo lo que aprendí aquí, cómo los elegí y todas esas cosas, por ejemplo les puedo contar de cómo me divierto cuando estoy con Efe ¿No es así?
Pensar en todo ello excitaba mucho a Ene, sin embargo la voz le respondió.
—Lamento decirte que eso no podrá ser así.
—Y... ¿Por qué no? No entiendo.
—Es que en el mismo instante en el que pases a ese mundo ya no podrás recordar más todo lo que ocurrió aquí.
—Se refiere a lo que ocurrió aquí, en la oficina principal ¿No es así?
—No, me refiero a todo. Todo lo que fuiste aprendiendo hasta llegar aquí fue necesario sólo para que comprendas un poco más como es el lugar al que vas a ir y para poder realizar tus elecciones correctamente. Pero no te preocupes que en el fondo de tu ser, siempre quedará un recuerdo, una marca de lo que has pasado aquí.
La respuesta que había escuchado Ene no le había gustado en absoluto. Se preguntaba cómo sería no acordarse de nada de lo que le había ocurrido ¿Cómo será olvidarme de... de ¡Efe!? La sola idea de pensarlo le causaba mucha tristeza, ahora sí que estaba en problemas ¿Lo había perdido? Se preguntaba cómo iba a hacer para reconocer a Efe si se lo cruzaba en el otro mundo. Es más, por lo que ella había podido ver el mundo era muy grande, quizás ni siquiera tendría la posibilidad de encontrarlo y aun así, si lo encontrase, nada le aseguraba que lo pudiera reconocer, ni él a ella.
Toda la excitación que le había generado el tema de conocer el nuevo mundo se había derrumbado en un instante.
—Ene, ya es hora de que comience la última etapa.
—Es que no sé si quiero ir, no quiero olvidarme de todo lo que ocurrió aquí.
—Pero es necesario, todo va a estar bien ¿Estás lista?
Luego de un suspiro profundo, Ene respondió.
—Si, estoy lista. Pero antes de irme quiero elegir algo más.
—Dime.
—Elijo volver a encontrarme con Efe.
—Eso no te lo puedo asegurar. Sólo si es lo mejor para ti, lo hallarás.
—Siento que es lo mejor para mí —respondió Ene en un susurro.
—Disculpa Ene, pero debo hacerte una pregunta más ¿Qué nombre deseas tener?
Enseguida Ene respondió.
—Natalia.
Las vacaciones recién comenzaban y el calor del verano ya empezaba a sentirse. Natalia se encontraba mirando a través de la ventana de su cuarto. Poco faltaba para su cumpleaños número 19 y le preocupaba no saber aún que hacer para tal evento. Sus amigas seguro ya habían pensado en algo, lo que haría la tarea mucho más fácil.
El día se veía espléndido a través de la ventana, lo cual motivó a Natalia a salir a caminar. Recordó el comentario que le había hecho su hermano acerca de una nueva librería a pocas cuadras de su casa y se dirigió hacia allí. Estas vacaciones las pasaría en la ciudad y le pareció buena idea conseguir una novela con la cual entretenerse. Ella y su hermano compartían la pasión por las novelas de misterio.
Al doblar una esquina le entregaron un volante "Clases de canto" decía. Se quedó meditando por un momento y finalmente pensó que quizás sería una buena distracción para sus vacaciones. Siempre le había gustado cantar, lo hacía a menudo con su madre cuando nadie las veía, y también era una oportunidad para conocer gente nueva, además, por algo había llegado ese volante a sus manos. Se fijó en el volante los días y horarios y se dio cuenta de que las clases comenzaban en pocos minutos y a escasas cuadras de donde se encontraba. No tenía otra cosa más importante que hacer así que decidió probar. Se apresuró lo más que pudo aunque no pudo evitar llegar unos minutos después de comenzada la clase. Sin hacer el más mínimo ruido entró en la sala de música. La profesora estaba muy concentrada escuchando cantar a cada uno de sus alumnos. Para cuando Natalia logró ubicarse en su asiento le tocaba el turno al chico de remera azul. Él comenzó a cantar y ella no podía creer lo dulce que era su voz, una sensación extraña pero a su vez muy bonita comenzó a recorrer todo su cuerpo, no podía explicarlo. Ese chico le parecía conocido, había en él algo muy familiar pero no recordaba haberlo visto antes. Ella lo miraba fijamente, se sentía hipnotizada por ese par de ojos verdes, había algo en él que le llamaba mucho la atención. Quizás sus ojos verdes, quizás su dulce voz, quizás la letra Efe bordada en su remera.
Confía siempre en que estás en el lugar adecuado, en el momento indicado y haciendo lo que debes hacer. Quizás no sepas aun cual sea tu destino, relájate, el Universo siempre se encarga de llevarte hacia él.
Con amor
K-Luna

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